Gracias por llegar en una vez más hasta nuestro blog. Una problemática que a veces encontramos en nuestra práctica clínica, es cómo el estrés afecta a la salud bucodental, así que vamos a intentar responder a algunas cuestiones sobre ello.
La relación entre la ansiedad, el estrés y la salud bucodental
Puede resultar sorprendente, pero la salud mental está estrechamente relacionada con la salud bucodental. Problemas como la depresión, el estrés y la ansiedad pueden repercutir en la integridad de los dientes.
Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, casi dos tercios de las personas diagnosticadas de depresión declararon haber sufrido dolor de muelas, mientras que la mitad de las personas clínicamente deprimidas encuestadas calificaron el estado de sus dientes como regular o malo.
También existe una relación bastante fuerte entre la enfermedad de las encías y la mala salud mental. Las personas con problemas como la depresión y la ansiedad deben tener un cuidado especial a la hora de seguir una rutina de higiene dental, para asegurarse de que mantienen su boca limpia y sana.
Las causas de una mala salud bucodental por el estrés
La razón más común detrás de la mala salud dental en los pacientes con problemas mentales son los efectos conductuales del estrés y la ansiedad. Puede ser difícil tener la disciplina necesaria para seguir una rutina estricta de cuidado de los dientes cuando se está luchando contra una condición de salud mental, por lo que es muy importante tomarse un tiempo para la autorreflexión, que puede dar la energía necesaria para realizar las tareas diarias. Las personas deprimidas también son más propensas a tener dietas poco saludables y a saltarse las visitas al dentista.
El estrés también puede tener efectos fisiológicos en el cuerpo. Los picos de cortisol, la hormona del estrés, debilitan el sistema inmunitario, lo que facilita que las bacterias invadan las encías y causen inflamación. Algunos antidepresivos y ansiolíticos pueden provocar sequedad bucal, lo que significa que la saliva no está disponible para eliminar los restos de comida después de comer.
Las personas con ansiedad grave a veces presentan síntomas como aftas y rechinar los dientes. Ambos son perjudiciales para la salud bucal, con efectos tanto a corto como a largo plazo. En el caso del rechinar de dientes, los pacientes pueden desgastar permanentemente las muelas esenciales y causar daños irreparables en el esmalte protector.
Cómo cuidar los dientes si sufrimos estrés
Aunque puede ser difícil para quienes sufren depresión y ansiedad establecer una rutina de salud dental, es fundamental hacerlo para mantener los dientes y las encías sanos. Todas las personas deben procurar cepillarse los dientes dos veces al día y utilizar el hilo dental al menos una vez al día.
También es una buena idea utilizar un enjuague bucal para ayudar a eliminar los restos y eliminar las bacterias peligrosas. Si es necesario, las personas que tienen problemas para recordar el cuidado de sus dientes pueden programar una alarma por la mañana y por la noche para recordarse el cepillado.
Una mala salud mental puede pasar factura no sólo a la mente, sino también al cuerpo. El estrés, la ansiedad y la depresión pueden afectar a la salud bucodental y provocar la aparición de enfermedades de las encías y caries. Es importante que las personas que sufren problemas de salud mental se acuerden de cuidar adecuadamente sus dientes cada día, para mantener su boca en buen estado.
¿Todo estrés provoca problemas bucodentales?
El estrés es un problema muy común hoy en día, y aunque no todos los tipos de estrés son negativos, lo cierto es que los estados de agitación nerviosa o tensión emocional son bastante comunes en la sociedad actual, y en algunos casos se convierten en estrés. crónico.
Situaciones como el exceso de trabajo o la pérdida del mismo, un divorcio, la muerte de un ser querido, problemas económicos o una enfermedad, por citar sólo algunos ejemplos, pueden provocar fácilmente estrés.
Cuando esto ocurre, somos conscientes de cómo afecta a nuestro estado emocional o a la capacidad de descansar y dormir lo suficiente por la noche. Pero no siempre prestamos suficiente atención a cómo afecta el estrés a nuestra salud bucodental.
Además, los primeros síntomas son difíciles de detectar, ya que suelen producirse mientras dormimos: rechinar y apretar los dientes (bruxismo). Y como los efectos del estrés en nuestra boca son progresivos, cuando nos damos cuenta el problema puede estar ya en una fase avanzada.
¿Cómo afecta el estrés a nuestra boca?
Cualquier situación de estrés tiene consecuencias negativas para nuestra salud bucodental, pero el peor escenario es el estrés crónico. Cuando estamos estresados acentuamos ciertos hábitos negativos, como fumar, beber alcohol o comer más dulces y grasas. Esto ya es un problema para nuestra boca.
Además, según un estudio publicado en el Journal of Periodontology, el estrés afecta a nuestra capacidad de cepillarnos los dientes y usar el hilo dental de forma eficaz.
Otro estudio, publicado en el Journal of Biological Regulators & Homeostatic Agents señala que existe una relación entre el estrés y las enfermedades periodontales, ya que cuando estamos estresados nuestras defensas disminuyen, lo que puede provocar un aumento de la inflamación de las encías.
Esto último significa que el estrés no sólo afecta a los hábitos que influyen en nuestra salud bucodental, sino que también tiene un efecto perjudicial directo.
Principales problemas por estrés en la salud bucodental
Los 4 principales problemas causados por el estrés que nos impiden tener unos dientes sanos son:
- Enfermedades periodontales: gingivitis y periodontitis. El hecho de que nuestros hábitos de alimentación e higiene empeoren puede provocar un aumento de la placa bacteriana y una disminución de las defensas. Además, la hormona del estrés, el cortisol, también puede causar inflamación y aumentar el riesgo de enfermedad periodontal.
- Bruxismo y disfunción de la articulación temporomandibular. El estrés puede hacer que apretemos y rechinemos los dientes, lo que se conoce como bruxismo, y puede causar dolor en los músculos responsables de la masticación, así como desgaste de los dientes. La misma presión puede provocar una disfunción de la articulación temporomandibular o dolor de sienes.
- Caries. Si comemos peor -más azúcar y grasa- y descuidamos nuestra higiene bucal, se acumulan más restos de alimentos perjudiciales en las cavidades bucales, con lo que favorecemos la aparición de caries.
- Irritaciones bucales, como aftas o herpes labial. La disminución de las defensas provocada por el estrés nos hace más vulnerables a las bacterias y los virus, lo que puede provocar la aparición de aftas, que son como heridas blanquecinas en las encías o las mucosas, o el conocido herpes labial.
Recomendaciones para evitar o reducir el estrés
Lo primero que recomendamos es acudir a un especialista para conocer el origen del problema y poder tratarlo. Pero si se trata de un estrés puntual, como el que pueden generar épocas como la Navidad, los periodos de exámenes o una situación adversa concreta, estas recomendaciones pueden ayudarte a sobrellevarlo mejor:
- Practica técnicas de relajación como la meditación, el yoga o la respiración diafragmática.
- Organice cuidadosamente su tiempo con una agenda y priorice las tareas. La sensación de tener las cosas bajo control le ayudará a no estresarse.
- Toma refuerzos vitamínicos en forma de fruta o suplementos.
- Haz algo de ejercicio físico, como salir a caminar o a correr.
- Extrema tu higiene dental, aunque al principio creas que no lo necesitas. Hazte una limpieza dental y una revisión, para detectar a tiempo posibles problemas.
En Resumen
Aunque todos reaccionamos al estrés de forma diferente cuando nuestro sistema inmunitario está debilitado, éste desencadena en nuestro cerebro la búsqueda de alimentos reconfortantes o la formación de hábitos poco saludables como el consumo de alcohol y el tabaquismo. Estos hábitos perjudiciales pueden poner en riesgo su salud bucodental.
La detección precoz de los problemas de salud bucodental puede ayudar a salvar sus encías, dientes y mandíbulas de los efectos a largo plazo del estrés. Hable con su dentista sobre su salud general para que pueda abordar el impacto del estrés en su salud dental.
Esté atento si ve que su boca se seca porque la saliva elimina las partículas de comida de los dientes, los mantiene húmedos, remineraliza el esmalte y ayuda a combatir las bacterias. Pero cuando se está estresado, se reduce la producción de saliva, lo que da lugar a una mayor acumulación de placa y a una mayor probabilidad de problemas dentales.
El consumo excesivo de alcohol y tabaco también puede provocar sequedad en la boca, lo que a su vez puede provocar caries y enfermedades de las encías.
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