Buenas, bienvenido de nuevo al blog de Séptima Dental. En el artículo de hoy, tratamos la manera de combinar el cepillado de dientes con un buen uso del hilo dental para conseguir una limpieza dental completa.
La importancia que tiene para nuestra salud un buen cepillado de dientes, además de ser necesaria para prevenir la aparición de caries y de diversas enfermedades periodontales, combate el mal aliento y contribuye a mantener nuestros dientes blancos y con aspecto saludable.
Dos de las medidas más habituales que solemos emplear a modo de método profiláctico para conservar la salud de nuestra dentadura son el uso del cepillo de dientes y el hilo dental. ¿Pero cuál es la secuencia correcta?
La respuesta a la anterior pregunta es que se debe utilizar el hilo dental antes de proceder al cepillado con posterioridad. ¿Y por qué se hace así? Si quiere saberlo, siga leyendo este artículo, donde profundizaremos con más detalle en por qué esta secuencia es la mejor y cómo podemos sacarle el máximo provecho a ambas cosas.
¿Por qué es mejor usar el hilo dental antes de cepillarse los dientes?
Todos sabemos que para hacer una buena limpieza dental, es imprescindible cepillarse los dientes a diario. Aunque menos empleada, la utilización del hilo dental cada vez se está extendiendo más entre las personas que se preocupan por prevenir las caries y otras dolencias bucodentales.
Un buen cepillado es una excelente manera de limpiar los dientes, eliminar la placa dental y prevenir las caries. Pero por si solo no es suficiente. Necesitamos usar el hilo dental para eliminar los restos de comida que se depositan entre los dientes y donde es difícil llegar con el cepillo de dientes.
Algunas personas proceden, en su rutina diaria de higiene bucodental, a cepillarse los dientes en primer lugar, para luego hacer uso del hilo dental. El problema de seguir esta secuencia en este orden es que cualquier alimento, placa y bacteria liberada por el hilo dental de entre los dientes permanecerá en la boca hasta la próxima vez que se cepille.
Es por eso que se debe emplear el hilo dental en primer lugar, para que la acción posterior de cepillado elimine todo resto de placa bacteriana de nuestra cavidad oral. Esto hará que la probabilidades de desarrollar alguna enfermedad en las encías se reduzca considerablemente.
El modo correcto de realizar una limpieza bucodental
Una buena higiene bucodental no solo previene la aparición de futuras caries, sino que evita que se desarrollen enfermedades en las encías. Este tipo de patologías, conocidas como enfermedades periodontales, son infecciones provocadas por microorganismos bacterianos que pueden afectar negativamente a nuestras piezas dentales.
Algunos síntomas que nos pueden hacer sospechar que padecemos una dolencia periodontal son el mal aliento, hinchazón, sangrado o enrojecimiento de las encías y la presencia de dientes sueltos o que se mueven. Las enfermedades periodontales suelen producirse por una mala higiene dental, que incluye no cepillarse o usar hilo dental de la forma correcta. Es muy importante usar el hilo dental y el cepillo todos los días.
Después de usar el hilo dental y cepillarse los dientes, no olvide escupir cualquier resto de pasta de dientes en la boca sin enjuagarse. Puede que se sorprenda al leer esto, pues la mayoría de las personas solemos hacerlo con agua. El motivo para explicar la conveniencia de no enjuagarse la boca tras el cepillado es evitar que el mineral de fluor que contiene la pasta sea arrastrado por el agua al escupir, impidiendo así que se fije en la superficie del diente para fortalecerla.
Es necesario que el flúor permanezca en sus dientes todo el tiempo posible para que actúe con efectividad. Por eso, trate de cambiar la rutina del enjuague inmediatamente tras el cepillado. Si aún así se siente molesto por la presencia de pasta de dientes en su boca, enjuáguese usando muy poca agua. Además utiliza un enjuague bucal, espere un par de horas antes de emplearlo. Si usa un enjuague bucal con flúor, no coma ni beba durante al menos 30 minutos después de enjuagarse la boca.
Más consejos para una buena higiene dental
Acostúmbrese a utilizar el hilo dental regularmente, al menos una vez al día, ya sea por la mañana o por la noche antes de acostarse. Para usar correctamente el hilo dental, seccione unos 30 centímetros de hilo y envuelva ambos extremos alrededor de sus dedos.
Mueva el hilo dental con suavidad arriba y abajo por los laterales de cada diente para eliminar los depósitos de placa y restos de comida. Nunca emplee un palillo de dientes para hacer el trabajo del hilo dental. Esto puede dañar las encías y provocar una infección.
Cepíllese al menos dos veces al día. Sostenga su cepillo de dientes en un ángulo de 45 grados y muévalo suavemente de un lado a otro sobre sus dientes. Asegúrese de cepillar la superficie interna y externa de todos sus dientes.
No se olvide después de un buen cepillado de dientes, cepillar la lengua también. Esto sirve para eliminar el mal aliento y retirar las bacterias que puedan estar alojadas en ella.
Y algo muy importante: acuda a su dentista con regularidad, al menos dos veces al año. Solo un profesional de la odontología puede diagnosticar una dolencia bucodental y ofrecerle tratamientos profilácticos para mejorar la salud de su boca.
Programar con su clínica dental un buen cepillado de dientes es la mejor manera de evitar males futuros y mantener en perfecto estado su dentadura. No sólo debe ver a un dentista para las limpiezas dentales periódicas, sino que también debe acudir a él si sospecha que hay algún problema con su salud oral.
Los problemas dentales como las caries y las enfermedades de las encías se pueden prevenir, pero la clave está en mantener la buena costumbre de realizar una limpieza bucodental diaria.
Y tanto el hilo dental como el cepillo de dientes son sus mejores aliados para ello. Acompañados con un enjuague bucal (siempre consultar a nuestro dentista habitual) cuando toca, tal como hemos explicado a lo largo de este artículo, son las tres maneras ideales de combatir la aparición de patologías en su boca y dientes.
Una buena salud bucal no solo implica tener un aliento más fresco o unos dientes más blancos y relucientes. También permite prevenir las enfermedades de las encías y contribuye a su salud general. Así que tómeselo muy en serio. Su salud depende de ello.
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